VI. Sobre la globalización
La globalización económica ha contribuido a un aumento sustancial de los niveles de vida y a la reducción de la pobreza a lo largo del último medio siglo. La integración comercial y la financiera están estrechamente relacionadas: el comercio mundial no solo depende de los vínculos financieros, sino que también los genera. Juntas, la apertura comercial y la financiera han mejorado la competencia y han difundido la tecnología, propiciando ganancias de eficiencia e impulsando la productividad agregada. Como cualquier otra forma de cambio económico de amplio alcance, la globalización también plantea retos. Por ejemplo, la globalización ha coincidido con un aumento de la desigualdad en la distribución de la renta dentro de algunos países, aunque hay evidencias de que la tecnología ha sido la causa principal de esta evolución. Asimismo, la apertura financiera expone a las economías a influencias externas desestabilizadoras. Unas políticas nacionales bien diseñadas pueden incrementar los beneficios de la globalización y mitigar los costes del ajuste que conlleva. Al mismo tiempo, la cooperación internacional debe complementar dichas políticas para poder abordar los vínculos mundiales. Una de las prioridades es completar las reformas financieras internacionales en curso. Las monedas mundiales hacen necesaria la cooperación internacional, la gestión eficaz de las crisis y una consideración más sistemática de los mecanismos de transmisión y retroalimentación entre países.