Los mercados precipitan un endurecimiento
Los anuncios en mayo de que la Reserva Federal preveía suprimir gradualmente su relajación cuantitativa repercutieron en los mercados financieros mundiales, induciendo una escalada de los rendimientos de la deuda pública de referencia que se propagó a distintas clases de activos y regiones. El precio de las acciones en las economías de mercado avanzadas y emergentes cayó de forma abrupta, al igual que hicieron varias monedas de mercados emergentes. La presión bajista sobre los precios remitió a comienzos de julio cuando la Reserva Federal, el BCE y el Banco de Inglaterra tranquilizaron a los mercados afirmando que su política monetaria continuaría siendo acomodaticia hasta afianzar la recuperación interna. En las economías avanzadas, las cotizaciones bursátiles se recuperaron rápidamente y, a pesar de su subida, los rendimientos permanecieron en niveles históricamente bajos. Esto produjo una continua reducción de las primas de riesgo y un aumento de la emisión de bonos de mayor riesgo, fenómeno que evoca la exuberancia previa a la crisis financiera mundial.
El endurecimiento de las condiciones financieras impulsado por el mercado generó serias convulsiones en las economías de mercado emergentes. Esto, unido a las ya deterioradas perspectivas de crecimiento, intensificó la presión sobre los mercados locales de deuda, de acciones y de divisas, agravando así las vulnerabilidades generadas por la dependencia de capital extranjero voluble.