II. Las sacudidas políticas reorientan los mercados
Los mercados financieros tuvieron que afrontar un cambiante entorno político a medida que mejoraba la coyuntura económica. Los acontecimientos políticos sorprendieron a los mercados, que tuvieron que adaptarse rápidamente al cambio de dirección de las políticas y sus implicaciones económicas. La atención se alejó de la política monetaria para centrarse en la evolución política, lo que provocó un cambio en los patrones de correlación y riesgo tradicionales. En lugar de alternar entre fases generalizadas de preferencia y aversión por el riesgo, los inversores comenzaron a diferenciar más entre sectores y países. Los rendimientos de los bonos divergieron entre las principales economías, con efectos colaterales sobre los mercados de divisas. Al mismo tiempo, se abrió una brecha entre los indicadores de incertidumbre sobre las políticas -que se dispararon- y los índices de volatilidad en los mercados financieros -que se desplomaron-, al tiempo que varios indicadores apuntaban a un incremento de los riesgos de cola. Las anómalas valoraciones registradas tras la Gran Crisis Financiera (GCF) se redujeron pero no desaparecieron, lo que sugiere que pueden haber adquirido un cariz más permanente en los mercados.