Los mercados de divisas
La volatilidad en los mercados de divisas repuntó con intensidad en el segundo semestre de 2007 y desde entonces permanece elevada. Este hecho estuvo asociado con una progresiva depreciación del dólar estadounidense y una sustancial apreciación del euro, el yen y el franco suizo. A medida que las operaciones de carry trade perdían atractivo, el mercado se orientó por los diferenciales de crecimiento económico esperado más que por los niveles vigentes de las tasas de interés. Aunque la política cambiaria siguió perfilando la evolución de las monedas de algunas economías de mercado emergentes, la dinámica de precios de las materias primas y de ciertos flujos de capital también influyó notablemente sobre los tipos de cambio.
Pese a algunos movimientos importantes de los tipos de cambio y signos de tensión en algunos mercados de swaps de divisas y de swaps cruzados de tasas de interés y divisas, el funcionamiento de los mercados cambiarios al contado mantuvo en general su fluidez durante el periodo de mayor volatilidad. Desde una perspectiva de largo plazo, se han producido importantes evoluciones que podrían afectar a la flexibilidad de los mercados de divisas; entre otros, un mayor volumen de contratación y una mayor diversificación de la operativa, así como mejoras en las infraestructuras de gestión del riesgo. Aunque en líneas generales se trata de circunstancias positivas, es posible que aún no hayan manifestado sus implicaciones últimas sobre la dinámica del mercado en momentos de tensión. Es importante, pues, seguir promoviendo de cara al futuro mejores prácticas de gestión del riesgo en los mercados de divisas.