La economía mundial
La economía mundial comenzó a frenarse en el segundo semestre de 2007 en un contexto de turbulencias financieras e intensa desaceleración en Estados Unidos. Al mismo tiempo, la inflación mundial ha ido en aumento, alentada por el fuerte encarecimiento de la energía y los alimentos. La opinión de consenso sigue previendo una desaceleración moderada para el conjunto del año, como corrobora la firmeza del crecimiento en la zona del euro, Japón y las principales economías de mercado emergentes hasta el primer trimestre de 2008.
No obstante, la evolución en el núcleo del sistema financiero internacional ha introducido gran incertidumbre sobre las perspectivas económicas futuras. Los bancos de diversas economías industriales avanzadas han venido endureciendo sus criterios de concesión de crédito, por lo que sigue siendo factible una contracción generalizada del crédito disponible, con consecuencias para la demanda que podrían ser más graves de lo anticipado. El panorama se complica por los fuertes incrementos en el precio del petróleo y por el aumento de las expectativas de inflación en varias de las principales economías.
Resulta difícil predecir en qué medida afectarán estas perturbaciones a aquellos hogares con peor situación financiera en Estados Unidos y otras economías industriales avanzadas. En Estados Unidos, un aumento sustancial de la tasa de ahorro familiar podría propiciar una apreciable reducción adicional del déficit por cuenta corriente del país, si bien al precio de debilitar la demanda en el resto del mundo. Al mismo tiempo, los riesgos de inflación son los más serios en muchos años.