Los mercados de divisas
Las tendencias imperantes en los mercados de divisas en 2006 y los cuatro primeros meses de 2007 fueron la depreciación gradual del dólar estadounidense y más acusada en el caso del yen y la apreciación del euro en términos de cambio efectivo (ponderado por el comercio). Los mercados cambiarios se caracterizaron por elevados niveles de contratación y reducida volatilidad en términos históricos, aunque hubo dos episodios de mayor volatilidad: en mayo-junio de 2006 y finales de febrero-marzo de 2007.
Tres factores tuvieron especial incidencia en la evolución de los tipos de cambio durante el periodo examinado. En primer lugar, los diferenciales de las tasas de interés afectaron a varios pares de monedas, en parte mediante el continuo recurso a las operaciones de carry trade. Segundo, la acumulación de reservas oficiales de divisas limitó los efectos de la presión apreciatoria sobre las monedas de la región asiática y de varios países exportadores de petróleo. Por último, los desequilibrios mundiales influyeron en el grado de reacción de algunas divisas ante los episodios de volatilidad en los mercados financieros.
Algunas tendencias en la gestión de las reservas de divisas de los bancos centrales podrían tener repercusiones para los mercados financieros y plantear retos a los órganos decisorios de los bancos centrales. Dichas tendencias son: mayor interés por la rentabilidad, refuerzo interno del buen gobierno y de la gestión del riesgo, y mayor divulgación de información. A su vez, todas ellas se vieron respaldadas por varios acontecimientos clave en el entorno económico e institucional, como la gran acumulación de reservas por algunos países, los avances en tecnología financiera y en los mercados financieros, y los cambios en el ámbito externo de buen gobierno en el que operan los bancos centrales.