Las economías de mercado emergentes
Las economías de mercado emergentes siguieron registrando crecimiento fuerte, inflación moderada y superávits en cuenta corriente durante 2006 y el primer trimestre de 2007. Aun así, las presiones inflacionistas generaron preocupación en algunos países, en parte por el dinamismo de la demanda pero también por la incertidumbre sobre los precios de las materias primas. Pese al moderado endurecimiento de la política monetaria, el crédito ha seguido creciendo significativamente en varias economías de mercado emergentes. Al mismo tiempo, la consolidación fiscal y las mejoras en la gestión de la deuda han reforzado la solidez de estas economías para reaccionar ante las perturbaciones.
Los activos de las economías de mercado emergentes se han revalorizado sustancialmente. No es fácil calibrar la influencia de los inversionistas extranjeros en los mercados de activos locales, sobre todo porque los influjos de capital privado netos palidecen ante las entradas de divisas resultantes de los elevados superávits en cuenta corriente. No obstante, los inversionistas extranjeros han reforzado sus carteras de activos de estas economías en mayor medida de lo que refleja la posición neta de su cuenta financiera, pues pueden haber invertido en ellos a través de derivados financieros. Pese a la evidencia de que los precios de estos activos están evolucionando más en consonancia con los del resto del mundo, aún no está claro si la influencia extranjera ha añadido volatilidad a los mismos.
La irrupción de China en el comercio mundial, como importador de bienes intermedios y exportador de productos finales, tiene consecuencias universales, pero en particular para la región asiática. Los exportadores de materias primas se han beneficiado por lo general del incremento de la demanda procedente de China, mientras que las ganancias para sus vecinos y otros socios comerciales con mercados emergentes no están tan claras. Algunos países han perdido cuota de mercado frente a China en mercados terceros, aunque esto ha quedado compensado en mayor o menor medida por la ampliación de sus exportaciones de bienes intermedios y de equipo a China. Un incremento de la demanda relativamente baja de China de importaciones destinadas a satisfacer la demanda final interna proporcionaría nuevas oportunidades a sus socios comerciales y aumentaría su capacidad de crecimiento para contrarrestar una eventual desaceleración de la demanda de Estados Unidos. Por último, la emergencia de China tiene implicaciones desiguales para las políticas cambiarias de sus vecinos.