Introducción: recomponer el rompecabezas
La favorable evolución de la economía mundial observada en los últimos años se mantuvo en el periodo analizado. El crecimiento mundial fue vigoroso e incluso se detectaron señales de una demanda mejor equilibrada. La economía estadounidense se desaceleró levemente, en buena medida por el debilitamiento del sector de la vivienda, mientras la demanda interna repuntaba en Europa, Japón y varias economías de mercado emergentes. Aunque en numerosos países el producto pareció rondar el potencial y los precios de las materias primas registraron alzas adicionales, las presiones inflacionistas permanecieron en general contenidas. En este entorno, se produjo un endurecimiento moderado de la política monetaria en muchos países, aunque las condiciones monetarias y financieras continuaron en conjunto muy acomodaticias. Esto se explica en parte por que las tasas de interés oficiales en términos reales se mantuvieron bastante reducidas, con los consiguientes efectos sobre las tasas de interés a largo plazo, pero también por la mayor predisposición a conceder crédito a prestatarios de alto riesgo en condiciones menos onerosas que en el pasado. Aunque el ciclo crediticio haya tocado techo en el mercado hipotecario estadounidense de baja calidad crediticia, la expansión del crédito se sostiene en muchas otras áreas. Por tanto, los precios mundiales de los activos continuaron al alza o bien permanecieron en niveles inusualmente altos. Además, siguió disponiéndose de fondos para financiar tanto el déficit en cuenta corriente de Estados Unidos como las salidas de capital privado desde ese país en términos que parecían incorporar expectativas de una depreciación tan sólo moderada del dólar.