Aprovechar el momento para lograr un crecimiento sostenido
Las autoridades pueden prolongar el actual repunte económico más allá del corto plazo aplicando reformas estructurales, reconstruyendo el espacio de las políticas monetaria y fiscal para afrontar futuras amenazas y fomentando una pronta implementación de las reformas reguladoras, sostiene el Banco de Pagos Internacionales (BPI) en su Informe Económico Anual.
El informe insignia del BPI describe cómo la economía mundial acaba de finalizar un buen año de crecimiento acompañado de inflación baja, algo inusual para una etapa tan tardía de la expansión económica. En buena medida se están recogiendo los frutos de una década de políticas monetarias extraordinarias, que sin embargo también han contribuido a generar vulnerabilidades. Aunque el camino que lleva a un crecimiento sostenible sustentado por la estabilidad de precios y financiera es bastante estrecho, una adecuada combinación de políticas puede ayudar a eludir riesgos sustanciales para las perspectivas económicas.
«Debemos aprovechar el momento», declaró Agustín Carstens, Director General del BPI. «Afrontar las vulnerabilidades es fundamental para mantener el actual dinamismo del crecimiento económico. La mejor coyuntura económica nos brinda una oportunidad única para llevar a cabo las reformas necesarias y recalibrar las políticas. No la desaprovechemos».
Una escalada de medidas proteccionistas o un aumento repentino de los rendimientos -actualmente en mínimos históricos- en los principales mercados de deuda soberana podrían desencadenar una nueva desaceleración económica. Las tensiones políticas o unos decepcionantes resultados empresariales podrían reducir el apetito de los inversores por el riesgo, sacudiendo así a unos mercados financieros que parecen sobrevalorados, afirma el Informe, publicado el domingo con un nuevo título.
Estos riesgos se enmarcan en un trasfondo de creciente deuda pública y privada en todo el mundo y de vínculos más estrechos entre los ciclos económico y financiero, algo que puede amplificar las fases de expansión y contracción. Estas últimas se caracterizan por elevadas cargas del servicio de la deuda, desapalancamiento y caídas de los precios de los activos.
Aunque la combinación específica de políticas será distinta en cada jurisdicción, la reconstrucción del margen de maniobra de las políticas exige adoptar una perspectiva de más largo plazo con respecto a los retos futuros. Consolidar las finanzas públicas constituye una prioridad. También es esencial seguir con la normalización de la política monetaria con mano firme, aunque teniendo presentes los riesgos asociados. Igualmente importante será desplegar medidas macroprudenciales para combatir las vulnerabilidades financieras que se estén acumulando. Flexibilizar los mercados laborales y de bienes e implementar las reformas reguladoras poscrisis también será fundamental para garantizar el crecimiento a largo plazo.
El Informe del BPI evalúa el estado del sector financiero. La mayoría de los bancos han reforzados sus balances y se han adaptado a los requerimientos de la normativa de Basilea III recién finalizada. Ahora bien, las mejoras no son uniformes y los bancos de algunos países no se han recuperado del todo, por lo que son necesarias nuevas actuaciones. El Informe destaca asimismo el mayor porcentaje de crédito que se canaliza ahora a través de entidades no bancarias, como las gestoras de activos. Esta evolución puede hacer más difícil anticipar las reacciones de los mercados.
El 17 de junio se publicarán por adelantado dos capítulos monográficos del Informe Económico Anual dedicados a los marcos macroprudenciales y a las criptomonedas.
Los resultados financieros del BPI, publicados en su Informe Anual 2017/18, recogen un balance total por valor de 256 500 millones de DEG (373 000 millones de USD) al cierre de marzo de 2018 y un beneficio neto de 508,1 millones de DEG (738,8 millones de USD).