Las monedas digitales de bancos centrales podrían afectar a los pagos, la política monetaria y la estabilidad financiera
Los bancos centrales deben ponderar con sumo cuidado las consecuencias para la estabilidad financiera y la política monetaria de la emisión de monedas digitales disponibles para el público general, afirma un informe del Comité de Pagos e Infraestructuras del Mercado (CPMI) y el Comité de los Mercados, aunque las tecnologías subyacentes podrían tener más potencial para los pagos, la compensación y la liquidación mayoristas.
El informe conjunto, publicado días antes de la reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los Veinte (G-20), examina dos tipos de monedas digitales de bancos centrales: una moneda mayorista reservada a determinadas instituciones financieras y una moneda para uso general accesible para el público. El documento analiza las repercusiones de ambos tipos de monedas en tres ámbitos fundamentales de las actividades de los bancos centrales: los pagos, la aplicación de la política monetaria y la estabilidad financiera.
Benoît Cœuré, Presidente del CPMI, afirmó que las monedas digitales de bancos centrales tienen potencial en la esfera de los pagos mayoristas: «En el futuro, las monedas digitales de bancos centrales podrían contribuir a mejorar la eficiencia de la liquidación de operaciones con valores y divisas. Sin embargo, para explorar estas posibles ventajas se hace indispensable continuar investigando y experimentando».
«Las monedas digitales de bancos centrales para uso general podrían revolucionar el suministro de dinero y el papel de los bancos centrales en el sistema financiero, pero nos adentraríamos en terreno desconocido, con los riesgos que esto podría conllevar. Este informe constituye un punto de partida para futuros debates y análisis y ayudará a los países a tomar decisiones en función de sus propias circunstancias», explicó Benoît Cœuré.
En palabras de la Presidenta del Comité de los Mercados, Jacqueline Loh, aunque las monedas digitales de bancos centrales podrían dotar a estos de una nueva herramienta de política monetaria con potencial para mejorar la transmisión de las tasas de interés oficiales a la economía real, las herramientas ya disponibles pueden lograr objetivos similares.
«Los bancos centrales deberían continuar atentos a la evolución de las innovaciones digitales, además de analizar las posibles repercusiones de las monedas digitales de bancos centrales para los principales componentes de su mandato. Por ejemplo, una moneda digital de un banco central para uso general podría afectar a los depósitos, una de las principales fuentes de financiación de los bancos comerciales, lo que a su vez tendría consecuencias para la estabilidad financiera», explicó Jacqueline Loh.
Mark Carney, Presidente de la Global Economy Meeting del BPI y del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), afirmó que el informe realiza una importante contribución al debate sobre monedas digitales en el G-20, habida cuenta de la misión de salvaguardia de la estabilidad financiera encomendada a los bancos centrales por los ciudadanos.
«Los avances tecnológicos han planteado varios interrogantes sobre la viabilidad y conveniencia de combinar la tecnología de registros distribuidos con la confianza inherente a las monedas fiduciarias para crear monedas digitales de bancos centrales a disposición de todos. Como se plasma en el presente informe, las cuestiones de política monetaria que este tipo de moneda pondría sobre la mesa, tanto para los bancos centrales como para la sociedad en general, deben ser objeto de un exhaustivo análisis. A corto plazo, la prioridad es determinar cómo pueden utilizarse estas nuevas tecnologías para satisfacer la actual demanda de pagos en tiempo real plenamente fiables», añadió Mark Carney.