Informe Trimestral del BPI, marzo de 2018: La volatilidad vuelve a cobrar protagonismo tras un episodio de inestabilidad en los mercados bursátiles

Comunicado de prensa  | 
11 de marzo de 2018

El retorno de la volatilidad a los mercados en febrero puso fin a un prolongado periodo de inusual tranquilidad y evidenció las dificultades a las que se enfrentan los bancos centrales a la hora de normalizar las políticas monetarias acomodaticias.

La acusada corrección de los mercados bursátiles tuvo su origen en el nerviosismo ante las perspectivas de inflación en Estados Unidos y sus previsibles efectos sobre las tasas de interés, y pone de manifiesto el riesgo asumido por los participantes en los mercados durante el reciente periodo de volatilidad extraordinariamente reducida.

«Sin duda, el episodio de inestabilidad ha eliminado algunas posiciones -el equivalente a un "reseteo" del mercado-, pero básicamente la situación general no ha cambiado», afirmó Claudio Borio, Jefe del Departamento Monetario y Económico del BPI.

«Los responsables de la política monetaria no deben temer a la volatilidad en sí misma. La presencia de cierta volatilidad durante el proceso de normalización puede favorecerles».

Además, la edición de marzo de 2018 del Informe Trimestral del BPI:

  • Examina las turbulencias del 5 de febrero y el papel desempeñado por los productos cotizados que apuestan sobre la evolución de la volatilidad. Resalta que los productos complejos y apalancados pueden crear y amplificar fluctuaciones de los mercados, aun cuando los actores principales sean relativamente pequeños.
  • Documenta los patrones cambiantes de los flujos transfronterizos a economías de mercado emergentes en Asia. Los cambios en las fuentes de financiación internacional -de los bancos japoneses en los años 90 a los europeos en la década de 2000, con un creciente papel de los bancos chinos en la actualidad- han afectado a la forma en que las perturbaciones se transmiten por la región.
  • Explica cómo las entidades bancarias extranjeras que operan en Estados Unidos cambiaron sus operaciones y sus estructuras jurídicas en respuesta a una regulación que obligaba a los bancos con activos en filiales estadounidenses (por oposición a sucursales) por valor de más de 50 000 millones de dólares a poner todas sus filiales estadounidenses bajo el paraguas de una sociedad holding intermedia. Aunque algunos bancos redujeron sus activos y es posible que otros hayan desplazado activos a centros extraterritoriales, por lo general no modificaron sus carteras de negociación de bonos corporativos y de agencias.

Seis artículos monográficos analizan aspectos de la economía y los mercados mundiales:

  • Morten Bech, Umar Faruqui, Cristina Picillo (BPI) y Frederik Ougaard (Autoridad de Supervisión Financiera danesa)* muestran que la demanda de efectivo ha aumentado en muchas economías avanzadas tras la Gran Crisis Financiera, a pesar de que los consumidores utilizan tarjetas u opciones de pago sin contacto con mayor frecuencia y para compras cada vez más pequeñas. Los autores sostienen que la creciente popularidad del efectivo se debe, al menos en parte, a las bajadas de las tasas de interés.

«La resiliencia del efectivo como institución social nos recuerda la importancia de comprender las funciones económicas del dinero, más allá de las meras innovaciones tecnológicas», dijo Hyun Song Shin, Asesor Económico y Jefe de Estudios del BPI.

  • Stefan Avdjiev, Hyun Song Shin (BPI), Mary Everett y Philip Lane (Banco Central de Irlanda)* sostienen que las estadísticas de contabilidad nacional tradicionales ya no reflejan plenamente la realidad de la actividad económica, puesto que no tienen en cuenta la actividad internacional de las empresas con presencia mundial. Las empresas, su estructura de propiedad y la actividad económica no están confinadas dentro de determinadas fronteras geográficas. Las autoridades deben adoptar una perspectiva más amplia cuando evalúen los riesgos para el sistema financiero.
  • Iñaki Aldasoro, Claudio Borio y Mathias Drehmann (BPI)* encuentran que la deuda de los hogares y la deuda internacional son indicadores de alerta temprana útiles para predecir tensiones bancarias, sobre todo si se combinan con datos de precios inmobiliarios. Los indicadores sugieren actualmente la acumulación de riesgos en varias economías.

«Las fluctuaciones rápidas de los mercados financieros reciben toda la atención, pero es posible que para la economía sean más importantes los movimientos lentos en segundo plano», afirmó Hyun Shin. «Su relevancia solo se hace evidente con el tiempo».

  • Michael Chui, Anamaria Illes y Christian Upper (BPI)* examinan los riesgos para la economía y la estabilidad financiera derivados de un incremento del endeudamiento de grandes promotores inmobiliarios asiáticos. Un apalancamiento comparativamente bajo limita los riesgos para la estabilidad financiera a corto plazo, pero la exigua rentabilidad hace a muchos promotores vulnerables a subidas de las tasas de interés y caídas de los precios inmobiliarios.
  • Vladyslav Sushko y Grant Turner (BPI)* afirman que una reorientación de la inversión hacia la gestión pasiva de carteras, cuyos costes son más bajos, podría reducir la cantidad de información específica de cada valor que incorporan las cotizaciones. También podrían cambiar los patrones de los flujos de capital y la dinámica de las cotizaciones de mercado. En los últimos periodos de tensiones, los flujos de capital de los fondos de inversión pasivos fueron bastante estables, mientras que los fondos de inversión activos sufrieron salidas de capital persistentes y los flujos de los fondos cotizados se mostraron volátiles.
  • Bilyana Bogdanova, Ingo Fender y Előd Takáts (BPI)* sostienen que, pese al bajo nivel actual de las valoraciones de los bancos, en general las relaciones precio/valor contable concuerdan con los patrones históricos. Los factores determinantes son los mismos que antes de la Gran Crisis Financiera. Esto arroja dudas sobre las teorías que consideran la regulación una causa fundamental de las reducidas valoraciones y sugiere que los bancos podrían mejorar sus posiciones solucionando el problema de los préstamos dudosos y controlando sus gastos.
 

* Estos artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la del BPI u otras instituciones a las que estos pertenecen.


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